Cuando hablamos de valor, debemos recordar que el valor es un concepto volátil, complejo, incierto y ambiguo. Volátil porque es una variable que cambia según el escenario en el que se inserta, incierta porque es una variable irresoluta, por muy definida que esté, nunca estará totalmente contenida. Compleja porque son varias las percepciones que influyen en su resultado, ambigua porque varía en función de su público objetivo. El valor es, por tanto, una variable hija del mundo VUCA y ha nacido para guiarlo, pero ¿cómo?
Hay una vieja fábula, que probablemente se remonta a Esopo, sobre un gallo hambriento que buscaba cualquier grano para saciar su hambre, su deseo era tan grande que empezó a rascar por la pocilga, buscando cualquier grano que pudiera saciarle, hasta que, por casualidad, encontró una hermosa perla rosa, muy rara. Enfurecido por el dolor de picotear una joya y no un grano, tira la piedra, maldiciendo a los responsables de haber dejado allí semejante joya.
Bueno, quizá la fábula no sea exactamente con esas palabras, pero la moraleja del cuento nos dice mucho sobre la idea de valor, y no sólo eso, también nos ofrece una perspectiva de otra variable: el contexto.
Esta fábula demuestra muy bien que el valor reside en el contexto del cliente (en este caso, el gallo). Lo que puede ser valioso para una persona, puede no serlo para otra. Aún más complejo es comprender que el contexto también depende del tiempo: lo que hoy puede ser valioso para usted, mañana puede no serlo, y viceversa.
Un cambio significativo que hace referencia a esto es el hecho de que PMI ha adoptado un enfoque basado en principios en lugar de un enfoque basado en procesos. La guía entiende ahora que comprender los comportamientos y la mentalidad que hay detrás de la gestión de proyectos es más importante que las acciones prescritas y secuenciadas.
Con esto la guía salió de un público centrado en los gestores de proyectos, para un público más amplio, diseñado para todos los interesados en trabajar con proyectos, con una práctica aplicada a cualquier realidad (PMI-SP, 2021)
En su última edición, la guía define Valor como "El mérito, la importancia o la utilidad de algo" y señala también que: "Diferentes partes interesadas perciben el valor de diferentes maneras", aludiendo así a la importancia del contexto para la definición del valor.
La guía también añade la idea de sastrería, que puede entenderse como la personalización de una actividad. La palabra Tailoring procede de Tailor, que significa sastre, lo que da la idea de un corte preciso adaptado a su necesidad actual.
Para equiparar aún más la definición podemos entender que el valor es la relación entre los beneficios (monetarios o de otro tipo) y los costes de los recursos o esfuerzos, y que para calcular esta relación primero tenemos que entender la utilidad de lo que estamos entregando, y los costes asociados a esta entrega, ya sean estas variables tangibles o intangibles.
De forma sencilla podemos tener como plan de acción identificar el valor:
Conocer a la persona con la que trabajamos, lo que piensa, habla, escucha y hace, sus principales dolores y necesidades;
Cuál es la experiencia de esta persona con nuestro trabajo y cómo se ve afectada por nuestras entregas;
Definir los beneficios y las molestias que se perciben durante estos viajes;
Equipare estos beneficios y dolores en un multiplicador común mínimo que sea capaz de hacer tangible esta entrega;
Analizar la relación Beneficio/Coste;
Por lo tanto, está claro que el contexto se convierte en fundamental para cualquier realidad de proyecto en la que nos insertemos, y es el contexto el que definirá cómo entienden el valor los usuarios.
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