Que la agilidad es un cambio de mentalidad ya lo sabes, pero cómo dar el paso de un cambio cultural dentro de las organizaciones es una conversación que pocas empresas pueden realmente tener, se necesita mucho más que un plan, una descripción clara.
La cultura es una combinación de conocimientos, comportamientos, tradiciones y valores entre tantas otras variables que engloban una sociedad. Es como el suelo en el que arraigan las estructuras organizativas, si es tóxico las plantas pueden florecer, pero tienen un ciclo de vida limitado y sufren anomalías. Si es rico, la organización progresará como el árbol de Matusalén.
El suelo no siempre es lo suficientemente rico para nutrir el crecimiento, en el ejemplo del Bonsái es necesario de vez en cuando preparar la planta para un nuevo ciclo, manteniendo una estructura básica para el crecimiento, el nombre de este proceso de trasplante se llama Nemawashi. Hablamos de ello en el libro Driven By Value.
Preparar la tierra implica descubrir las raíces, cortar las que ya no son útiles y preparar las que servirán para nutrir el estado futuro. Algunas raíces se quedarán y crecerán a un ritmo natural hasta el nuevo estado, otras sufrirán una ruptura brusca en su ejecución, otras surgirán de la nada y ayudarán a este nuevo estado actual. Es un cambio, y cuando trabajamos en Lean, hablamos de algunos tipos de cambio:
Kaizen = 改善 = cambio + bueno = mejora, mejora continua, se mejorarán las raíces que ya existen;
Kaikaku = 改革 = cambio + revolucionario = cambio radical, transformación; las raíces que han sido podadas, han visto alterado su curso hacia un nuevo estado;
Kakushin = 革新 = nuevo + revolucionario = innovación, renovación, disruptivo, las nuevas raíces que no existen y fueron creadas para hacer frente a este nuevo cambio.
En otras palabras, tenemos que entender sobre la base del estado futuro, lo que los cambios que estamos proponiendo para cada área, y aquí viene la idea de Nemawashi, vamos a preparar la siembra de lo que tenemos que cambiar.
Por eso es común que dentro de una transformación, comencemos por aquellas áreas de la organización que ya trabajan con agilidad: áreas de tecnología, innovación y excelencia operacional pasarán por una evolución Kaizen, ya tienen una parte que necesitamos, sólo necesitamos mejorarla.
Por otro lado, algunas áreas necesitarán una evolución más abrupta, puede ser el caso de un área de planificación, desarrollo o ingeniería, donde necesitamos cambiar radicalmente la forma en que estamos trabajando. Esto significa que habrá una pérdida inicial relativamente grande de productividad, pero que pronto podremos alcanzar un nuevo estado de mayor capacidad.
En otros casos crearemos algo totalmente nuevo, como la aparición de áreas centradas en la generación de valor o la difusión del conocimiento, como los VMO, los COE y los LACE que buscan apoyar la innovación disruptiva dentro de la organización.
El truco está en que no hay una regla para saber cuándo aplicar cada uno de los cambios, Kaizen, Kakushin y Kaikaku; el diseño del estado futuro dará una dirección a los cambios que estamos proponiendo. Incluso podemos utilizar los tres tipos para producir el mismo cambio.
Preparar la mentalidad ágil significa preparar el terreno para la siembra, hacer el Nemawashi. Entender quiénes serán nuestros early adopters: los embajadores, cuáles serán nuestros puntos de resistencia, qué cambios deben ser radicales y cuáles crearemos desde cero. Es un trabajo completo, difícil, que requiere un largo análisis, pero que produce cambios perennes que guiarán a las organizaciones en los próximos ciclos de crecimiento.
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