Dentro de TOPdesk trabajamos con grupos de las más variadas procedencias, tenemos grupos de trabajo que cuentan tanto con becarios como con postgraduados certificados en las mejores prácticas del mercado, y si algo he aprendido trabajando aquí es el poder que tiene una historia a la hora de explicar el propósito de nuestras actividades. Simon Sinek ya lo demostró con el ciclo de oro, que puedes consultar en este fantástico vídeo aquí.
Trabajando con equipos ágiles solemos insistir en la importancia de crear historias de usuario y hacerlas sencillas para que los equipos desarrollen sus actividades. Pero hablar de utilizar historias de usuario puede parecer como decirle que dimensione un alerón para un avión. Actividades que sin una base, pueden dejarnos un poco perdidos a la hora de desarrollarlas, así que ¿de dónde viene esta historia de usar historias de usuario?
Los estudios demuestran que la mente humana entiende mejor las historias, y la razón es bastante lógica: nos desarrollamos como especie compartiendo historias. Nuestros antepasados no disponían de lógica de gobierno, ingeniería o incluso programación para realizar la caza, sólo tenían la posibilidad de comunicarse y motivar a los demás hasta el punto de que ambos asumieran el mismo objetivo.
En otras palabras, nos desarrollamos y evolucionamos como especie pasando buena parte de nuestra existencia en conversaciones en torno a una hoguera, contando historias de amor y despedida, victorias y derrotas, conquistas y derrotas. A través de estas historias, nuestros antepasados gobernaron imperios, motivaron a la gente y crearon la base del pensamiento lógico actual.
Lo que es relativamente intuitivo, basta pensar que si tenemos experiencia en campos diferentes, y me planteas una actividad con el lenguaje de tu especialidad, es habitual que me resulte extraña y no sepa lo que significa. Una cosa es pedir a un ingeniero civil que calcule la altura de la cubierta de refuerzo y otra pedir a un contrarreglista que haga lo mismo. Mientras que el primero le calculará una estructura, el segundo probablemente le aportará un traje medieval, porque ambos se insertan en contextos diferentes.
El problema es que no siempre la diferencia entre los antecedentes de cada uno es tan clara y esto es lo que causa el problema, a veces creemos que nuestros compañeros de trabajo tienen la misma experiencia que nosotros, y olvidamos que aunque estamos trabajando en la misma meta, los caminos que nos llevaron hasta allí son totalmente diferentes. Por eso los equipos ágiles, que por naturaleza son multidisciplinares, necesitan tantas historias en las que trabajar.
Y ahí es donde pueden ayudarnos. Me gusta trabajarlos desde la perspectiva de las 3A: Actor, Acción, Realizable. Existen numerosas técnicas para describir una historia de usuario, puede utilizar el acrónimo: INVEST o realmente contar una historia, sin embargo cuando se trabaja de forma ágil en toda la organización es importante mantener un lenguaje sencillo. Por eso las 3A funcionan tan bien.
El actor es siempre el responsable de ejecutar/experimentar el problema/dilema al que se enfrentará su equipo. La acción es siempre la que ejecuta el actor durante su momento de conflicto/dilema, mientras que lo realizable es el propósito que debe alcanzar el entregable que desarrollará su equipo. Si seguimos el consejo de Simon Sinek podemos empezar por el porqué, delimitando primero el propósito de esa historia, para luego pasar al actor o acción. Así que un buen ejemplo de una historia de usuario podría ser:
"Para ahorrar papel y hacer un uso más eficiente de nuestros recursos naturales, a mí, como amante de la lectura, me gustaría no tener que gastar papel para leer diferentes libros".
Tenemos un gran propósito motivador y una historia que, en última instancia, es sencilla y negociable. Podemos crear el Adobe Reader, el Kindle, o simplemente un club de lectura que destruya y recicle los libros después de cada lectura. La creatividad manda, al equipo se le ocurrirá la mejor solución, pero lo más importante es que ahora todos comprenden el propósito de su trabajo.
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