El concepto de antifragilidad fue propuesto por el matemático, estadístico, escritor, ensayista e inversor Nassim Nicholas Taleb (2012), su propuesta viene precisamente a definir lo que es lo contrario de frágil, que a falta de una palabra más elegante, se denomina antifrágil. La idea es que mientras algunos organismos perecen en medio del caos y la incertidumbre, por ser frágiles, otros son capaces de prosperar en medio de tal volatilidad siendo, por tanto, todo lo contrario.
Al definir el concepto Antifrágil, Taleb también demuestra la tríada que permite su existencia: Frágil, Robusto y Antifrágil, casi como una trayectoria de evolución, donde para llegar a ser antifrágil es necesario inicialmente ser frágil.
Frágiles son las cosas que pierden su estructura cuando se producen cambios bruscos en su entorno, cuando están bajo la influencia del caos y de una gran tensión. Las cosas robustas son capaces de soportar una gran cantidad de tensión y mantener su forma, y esa es la misma idea que la resiliencia: la capacidad de volver a su forma original.
Aunque pueda parecer interesante, al volver a su forma original estas cosas dejan de crecer, y dejan de beneficiarse del caos. Las cosas antifrágiles, en cambio, serán las que se beneficien del caos y crezcan en él.
El autor es especialista en negocios y finanzas, por lo que su obra tiene una connotación de mercado financiero, pero no es difícil ver los paralelismos con la vida cotidiana, ya que el propio autor se encarga de ilustrar el libro con estos paralelismos.
El mismo autor, en otra obra, discute el concepto de "Cisne Negro" que es "la imposibilidad de calcular los riesgos de acontecimientos raros y con consecuencias importantes y predecir su ocurrencia" (Taleb, 2021, pg 11). Una idea que se asemeja mucho a las "Fuerzas de 10x" indicadas por Andrew Groove en "Sólo los paranoicos sobreviven", de hecho se podría pensar que un Cisne Negro provoca tal fuerza.
La antifragilidad surge entonces como antídoto contra el Cisne Negro, siendo un atributo capaz de hacerle frente y crecer en su presencia. Es, por tanto, una característica que se encuentra en todo lo que es natural y orgánico, ya que en virtud de la selección natural, los que son antifrágiles tenderán a sobrevivir mientras que los frágiles sufrirán.
La idea de robustez, por otra parte, es cuestionada por Taleb debido a la propia naturaleza, ya que lo que es robusto por el momento probablemente no lo será en el futuro. Por definición, robusto es la propiedad de resistir algo, pero debido al azar de la naturaleza, algo mañana puede ser mucho mayor que algo ahora, haciendo que lo robusto de hoy, sea lo frágil de mañana.
Por supuesto, los conceptos aquí están siendo explicados de forma simplista, el trabajo de Taleb es mucho más interesante que eso... El concepto de Fragilidad, al igual que el de Antifragilidad, es el resultado de asimetrías, negativas en el primero y positivas en el segundo.
Entendemos tales asimetrías en el sentido de trade-offs, los mismos que se estudian en innovación. En Inovatrix (2007), los autores sugieren que toda innovación surge de un compromiso, y el trabajo de Taleb refuerza esta idea, añadiendo un factor más:
En opinión de Taleb, la innovación se produce cuando nos vemos presionados por una asimetría, es decir, cuando existe una necesidad que presiona a la acción. Este desencadenante de la reacción ante los contratiempos es lo que da lugar a la innovación. En el caso de la selección natural, esta necesidad es la propia supervivencia, pero también en el caso de las empresas.
Se trata de entender la dicotomía del comportamiento de las cosas que, ante el riesgo, en un escenario de incertidumbre y volatilidad, entienden que hay mucho que perder, y por ello prefieren no actuar - siendo así impotentes ante lo incierto, constituyéndose como Frágiles. Quienes tienen la asimetría opuesta a ésta, la segunda parte de esta dicotomía, quienes, ante el riesgo, se dan cuenta de que hay mucho que ganar en medio de la incertidumbre y, en consecuencia, poco que perder y, por tanto, prefieren actuar, son Antifrágiles.
Se señala que la antifragilidad responde a la necesidad de las organizaciones de responder al mundo VUCA, de ser capaces de innovar para sobrevivir y, al mismo tiempo, de poder navegar en medio de la incertidumbre, aprovechándola y creciendo con ella.
Un sistema meditado, mecánico y previsible no podrá ser antifrágil, porque no se puede preparar algo de antemano para las incertidumbres futuras que experimentará.
Así surge la idea de que los sistemas biológicos son más adaptativos que los no biológicos. Podemos entender esta misma lógica a partir de la idea de sistemas complejos y no complejos.
La mayoría de los sistemas creados por el hombre pueden ser complicados, con diversas tecnologías y conocimientos aplicados a ellos, pero su lógica no tiene ambigüedades y sus interdependencias son claras permitiendo el correcto funcionamiento del sistema. Sin embargo, en los sistemas complejos somos incapaces de ver las interdependencias, y aun así son capaces de funcionar en armonía. Así nos damos cuenta de que la antifragilidad es una característica de los sistemas complejos.
Los sistemas mecánicos necesitan reparaciones, no funcionan bien con el azar, tienen poca o ninguna interdependencia, se desgastan con el uso y las tensiones externas comprometen el material.
Los sistemas orgánicos, en cambio, son complejos, tienen capacidad de autorreparación, crecen con aleatoriedad, presentan un alto grado de interdependencia y se estropean si no se utilizan.
Cuando hablamos del dilema actual de las organizaciones, hablamos del mundo VUCA y el autor Bill George indica que un mundo VUCA sólo puede ser liderado por personas con visión, comprensión, coraje y adaptabilidad, es decir, un liderazgo VUCA. Cuando confrontamos las ideas de Bill con la Antifragilidad
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