La gestión ágil es uno de los temas de moda de la nueva era, y con tantas empresas aplicando y probando los conceptos detrás de la gestión ágil es común que surjan algunos mitos sobre el tema. Hoy hablaremos de algunos mitos y verdades que los profesionales de la gestión ágil se encontrarán por el camino, y de cómo desacreditarlos.
No tiene documentación.
Es muy común encontrar a algún entusiasta diciendo que la gestión ágil no tiene documentación. Hay que recordar el manifiesto ágil "Valoramos más el software que funciona que la documentación exhaustiva", aunque "no es porque prefiramos el valor de lo primero, que no vemos valor en lo segundo".
La vieja máxima sigue siendo válida: si no documentas no aprendes, y si no aprendes cometerás inevitablemente el mismo error en el futuro. De hecho, durante las reuniones de revisión de sprints y de retrospectiva del proyecto, es habitual que el Scrum Master adopte la postura de un "escriba" que documenta los puntos más importantes que se mencionaron y las decisiones importantes que tomó el equipo.
También es común pensar que en la gestión ágil no hay cronograma, porque el cronograma nos recuerda al diagrama de Gant, y el diagrama de Gant nos recuerda a la cascada, y la cascada es enemiga de la gestión ágil. La verdad es que algunas metodologías como Scrum separan un proceso sólo para planificar un "calendario de lanzamientos". Este proceso es fundamental porque da una buena idea de cuándo estará finalmente disponible la funcionalidad requerida por el usuario.
No sabes cuánto durará el proyecto.
Es cierto, pero esto no significa que no haya plazos en la gestión ágil. Debemos recordar que en agile lo desconocido es bienvenido, y no tratamos de predecir lo que no conocemos, así que durante el primer sprint no tenemos ni idea de cuánto durará el proyecto. Pero la incertidumbre dura lo que dura el primer sprint. Una vez que conocemos la capacidad productiva del equipo (cuántos puntos de historia trabajamos por sprint) podemos con una regla de 3 básica predecir el final del proyecto.
No se mide el rendimiento del equipo.
Es bastante habitual oír críticas de que el método ágil no ofrece herramientas de medición del rendimiento y, por tanto, deja muchos cabos sueltos. Lo cierto es que los métodos ágiles pueden unir la lógica analítica con la complejidad del pensamiento cognitivo, de modo que incluso los problemas complejos se descomponen en pequeños incrementos que, cuando se trabajan con el método ágil, proporcionan al diseñador una gran noción del rendimiento del equipo. Las métricas habituales en la gestión ágil son el plazo de entrega, el tiempo de ciclo, el SPI y el diagrama de flujo acumulativo, que son herramientas excelentes para medir el rendimiento del equipo.
Estos son algunos de los mitos y verdades más extendidos de la gestión ágil, exploramos otros durante la formación y certificación en scrum. ¿Y recuerda alguna otra?
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